Ahora ya retirada de su vida laboral, Alessandra Lavagnino ha sido profesora de Parasitología de la Universidad de Palermo. Especialista en insectos transmisores de enfermedades, además de publicaciones científicas ha cultivado también el género narrativo con novelas como Le bibliotecarie de Alessandria, I Daneu, Un inverno...
Recientemente ha salido al mercado su última novela: Una granita di caffè con panna, en español Un granizado de café con nata, y podemos disfrutarla gracias a la editorial errata naturae, que recibió la obra recomendada por nada menos que Leonardo Sciascia, de quien podemos leer un epílogo de la obra. La novela trata el tema de la sinceridad, o el exceso de ella, unidas a la culpa.
El argumento gira en torno a Agata Avolio, una mujer culta de clase alta en la sociedad siciliana y que lleva una vida apacible y tranquila. Los problemas surgirán cuando, después de un accidente, sufre un traumatismo craneal a raíz del cual se vuelve "compulsivamente" sincera. En una sociedad donde la omertá mafiosa, la ley del silencio, es uno de sus pilares fundamentales, la nueva actitud de Agata acarreará una serie de consecuencias, castigos incluso, a su entorno más próximo. Y con esto y la incapacidad de la protagonista para aceptar su propio comportamiento a nivel cognitivo, tenemos los ingredientes que conforman "Un granizado de café con nata"
Transcribo a continuación un pequeño párrafo del libro como muestra del estilo de la autora:
".... pero en mi interior crecía una inquietud, aguda, apremiante: las cajas que estaban en la capilla. Me dije: tal vez las hayan encontrado ya (...). Pero no lo creía. Miré a las mujeres con los niños en brazos, pidiendo ayuda a aquella vieja imagen de mi tierra taciturna. Callaban. Pero no me bastó. Tenía las manos agarradas a la barandilla ya caliente, contraídas. Respiré profundamente, intenté resistirme: porque ya no era aquella de los primeros días, espontánea, feliz, y porque estaba a punto de meter en un lío a otra gente: desconocida, desgraciada, pobre. Pero me solté de la barandilla y corrí escaleras abajo, sin poder resistirme bajé los escalones entre los muros como si las palabras ya listas se me quisieran escapar de la boca. Llegué al tendedero (...). Y lo dije."
Y lo dijo. Y llegaron las consecuencias. Porque no sólo en esa ocasión las palabras se escaparon, ajenas completamente a la voluntad de su dueña, sino que siguió sucediendo. Y los efectos de su comportamiento se multiplicaron a medida que Agata persistía en su empeño de decir la verdad. Y.... lo dejo ya..., no desvelo más del libro, no me vaya a suceder como a la protagonista, que digo más de la cuenta.... que tal vez alguien quiera leerlo y disfrutarlo.
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